»No juzguen a
otros, y Dios no los juzgará a ustedes. No condenen a otros, y Dios no los
condenará a ustedes. Perdonen, y Dios los perdonará. (San Lucas 6:37 DHH)
Para muchas de
nosotras es difícil pedir perdón cuando hemos cometido errores o por mucho tiempo estuvimos esperando que la
persona que nos lastimó, un día llegue pidiendo disculpas por lo sucedido,
puede que eso pase pero también ese día puede no llegar nunca, por eso es
importante darnos cuenta que el perdonar y pedir perdón es un regalo que nos
podemos hacer a nosotras mismas, aunque esa persona nunca nos pida disculpas,
con que tu decidas perdonar notarás que en ese momento te sentirás libre y sin
carga alguna.
La falta de
perdón no solo te consumirá emocionalmente sino física y espiritualmente, las consecuencias de vivir con rencor, resentimiento
o amargura son devastadoras, te afectará en todas las áreas de tu vida, aumentará
la tensión y la ansiedad, puede afectarte hasta los músculos y el equilibrio químico
del cerebro.
El aprender a
perdonar ayuda a prevenir enfermedades cardíacas, te traerá paz, te hará sentir
libre, el perdón continuo impide que se
construyan y acumulen las emociones tóxicas.
El perdonar es
una decisión y es cuestión de voluntad, es un proceso de varias etapas, primero admitir la
ofensa que recibiste, acepta el perdón de Dios en tu vida, entrega en las manos
de Dios a tu ofensor, pide y acepta la ayuda de Dios en tu vida.
Perdona
completamente no lo hagas de una manera parcial, esto significa que renunciarás
al resentimiento y al derecho de desquitarte aunque tu hayas sido la persona
ofendida.
Las ventajas del
perdón son maravillosas, te recomiendo que tomes la decisión y comiences a
vivir una vida diferente.
El Dr. Don
Colbert dice que “El perdón diario es mi prescripción principal para una
completa salud mental, emocional y física de una persona”
“Perdona
a todos y perdónate a ti mismo, no hay liberación más grande que el perdón; no
hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza, y por lo tanto para
el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica (agotadora y
vana tarea), que te hace juez y cómplice de lo que te disgusta”. Facundo Cabral
Dayan García Arguello
Lic. En Psicología