martes, 15 de noviembre de 2016

Auxilio tengo alergias!



Las Alergias.

Alergia es un padecimiento que ocurre cuando el sistema inmunitario es hipersensible o demasiado reactivo. En circunstancias ordinarias, el sistema inmunitario de seres humanos tiene capacidad para distinguir entre sustancias inocuas en el ambiente, como el polvo, y agentes en potencia dañinos, como virus y bacterias. Sin embargo, en personas con alergias, el sistema inmunitario reacciona con rapidez, intensidad y de manera apropiada a una o más sustancias extrañas que en circunstancias ordinarias son inocuas. La sustancia extraña que desencadena una reacción alérgica se denomina alérgeno o antígeno. Cuando los individuos con una alergia comen, tocan o inhalan la sustancia extraña o el alérgeno particular, su sistema inmunitario inicia de manera errónea un ataque contra esa sustancia o alérgeno.

Los individuos alérgicos producen inmunoglobulina G (IgG), así como una gran cantidad de otros anticuerpos denominados inmunoglobulina E (IgE). Esta última causa la generación de una reacción completa, con síntomas como tumefacción, exantemas cutáneos, o estornudos o tos constantes, cada vez que el sujeto queda expuesto a la sustancia lesiva (alérgeno). Además de rasgos hereditarios o genéticos, ciertas exposiciones ambientales (humo de tabaco), ciertos factores emocionales, y ciertos estados de estrés fisiológico (pubertad, embarazo o enfermedad) pueden predisponer a síntomas de alergia. Los alimentos, los fármacos, los mohos, pólen, mordeduras de insectos, infección, agentes físicos (exposición a calor, frío o luz solar, presión o ejercicio), plásticos de poliuretano, pinturas, barniz y productos de látex o caucho, pueden desencadenar reacciones alérgicas.


A últimas fechas, se han emitido cada vez más informes de reacciones alérgicas a proteínas hidrosolubles en productos de látex (p. ej., guantes de caucho, diques dentales, condones y dispositivos médicos) en particular entre personal médico e individuos que reciben cuidado médico.
Otros alérgenos ocupacionales frecuentes comprenden caspa de animales que típicamente afecta a granjeros, veterinarios, cuidadores de caballos, y trabajadores de laboratorio. Los trabajadores de hospitales, los fotógrafos y los trabajadores de servicios de alimentación encuentran con mayor frecuencia sustancias químicas como formalina, hexaclorofeno, etilén diamina, y metabisulfito.

El polvo de harina, granos y madera, puede afectar a trabajadores de molinos, carpinteros, panaderos y leñadores. Las reacciones alérgicas pueden estar relativamente localizadas a uno o más sistemas corporales. Los ejemplos son fiebre del heno (rinitis alérgica) que causa secreción nasal y estornudos; conjuntivitis alérgica, caracterizada por escozor y ojos rojos, y asma bronquial, que causa estrechamiento de las vías respiratorias. Las alergias oculares describen varias reacciones alérgicas en los ojos.
Estas alergias oculares producen síntomas de escozor, enrojecimiento y lagrimeo de los ojos después de exposición a alergenos en el aire o a sustancias químicas que entran en contacto con los ojos. La conjuntivitis alérgica es la alergia ocular más frecuente, y ocurre durante los meses de la primavera y el otoño, junto con la fiebre del heno. En raras ocasiones, una reacción alérgica puede dar por resultado una respuesta de todo el organismo (anafilaxia). 
. Si ambos progenitores padecen alergias, las probabilidades aumentan más. Alrededor de uno de cada seis estadounidenses tiene una o más alergias importantes, y padece una amplia gama de síntomas. Cada año, los estadounidenses pierden 3.5 millones de días laborables debido a alergias. Cerca de 50% de las personas con alergias padece fiebre del heno (rinitis alérgica). Esta reacción a alergenos de exteriores transportados por el aire, por lo general pólenes de árboles y de céspedes, ocurre de manera estacional. Un segundo tipo de alergia por alérgenos transportados por el aire, denominada rinitis alérgica perenne, ocurre todo el año, y lo más probable es que se deba a alergenos de interiores, como caspa de animales de compañía, o ácaros del polvo. Alrededor de 6 a 10 millones de estadounidenses tiene alergia a caspa de animales, y aproximadamente dos millones tienen reacciones alérgicas a picaduras de insectos. Aunque las alergias a alimentos son frecuentes en niños, sólo alrededor de 1 a 2% de los adultos las padece. Aproximadamente 15 millones de estadounidenses tienen asma causada por alergias. 
Diagnóstico 

Interrogatorio: dependiendo del sistema afectado, el individuo puede quejarse de escozor, exantema, tumefacción, estornudos, secreción nasal, lagrimeo, dolor de oídos, mal de garganta, tos, dificultades para respirar y síntomas gastrointestinales, como diarrea. Las personas pueden describir ciertos padecimientos que desencadenan los síntomas. Por ejemplo, es posible que informen que los síntomas surgen cada vez que están cerca de animales, o que empeoran durante la primavera y desaparecen durante el invierno. Los síntomas frecuentes relacionados con reacciones a látex son exantemas cutáneos, irritación de los ojos (conjuntivitis), secreción nasal (rinitis), estrechamiento de las vías respiratorias (broncospasmo), e incluso anafilaxia. Examen físico: se examinan los pulmones, el corazón y todas las otras áreas corporales afectadas por los síntomas de alergia. En casos leves de rinitis alérgica, el examen puede revelar tumefacción, inflamación de las vías nasales, y secreción nasal. La tumefacción y el enrojecimiento de los ojos, y el lagrimeo, son frecuentes en la conjuntivitis alérgica. Con cierta frecuencia se observan otros datos de enrojecimiento y tumefacción en el conducto auditivo y la garganta. Cuando hay alergias a alimentos o a fármacos, o reacción alérgica a picaduras de insecto, puede haber protuberancias grandes, irregulares, de color rojo (urticaria) en la piel. Los síntomas gastrointestinales son más frecuentes en presencia de alergia a alimentos, o a conservadores y aditivos de estos últimos. En el asma o la anafilaxia puede haber jadeo, o falta de ruidos respiratorios, y frecuencia respiratoria rápida. La piel fría, húmeda y pálida, junto con pulso rápido y presión arterial baja pueden ser signos de choque debido a anafilaxia. Pruebas: además de examen físico, es posible efectuar una o más pruebas diagnósticas, que ayudan a determinar qué desencadena la alergia, y valorar la gravedad de las reacciones alérgicas. Un espirómetro mide la cantidad de aire que entra a los pulmones y sale de los mismos (espirometría). Es útil para identificar trastornos pulmonares como asma, que pueden causar estrechamiento de las vías
respiratorias. En una prueba con raspado se colocan pequeñas cantidades del alérgeno sospechado (polvo, caspa o alimento) sobre la superficie de la piel. La aparición de una protuberancia pequeña y elevada sobre la piel indica una respuesta alérgica a una sustancia particular. En las pruebas intradérmicas, se inyectan bajo la piel pequeñas cantidades del alérgeno sospechado.


Una reacción de enrojecimiento o tumefacción en el sitio de inyección indica una respuesta alérgica. En individuos con trastornos que pueden interferir con las pruebas cutáneas se utilizan la prueba radioalergosorbente (prueba RAST) o pruebas sanguíneas. La prueba de parche comprende la aplicación en la piel de parches adhesivos con alergenos. 

Tratamiento 

El tratamiento de alergias a menudo exige una combinación de varios métodos y tratamientos. Los objetivos de la terapéutica son minimizar la frecuencia de reacciones y la gravedad de las mismas, mantener buena salud, y evitar complicaciones. Los métodos médicos actuales para alcanzar estos objetivos comprenden evitación de alérgenos, farmacoterapia para controlar síntomas o aliviarlos, e inyecciones contra alergia. Los antihistamínicos, los descongestionantes, los esteroides por vía tópica (nasal), las gotas oculares, y los inhaladores, se encuentran entre los fármacos que se utilizan para el alivio a corto plazo de algunos síntomas frecuentes de alergia. Para el tratamiento a largo plazo de síntomas graves de alergia, puede resultar eficaz una serie de inyecciones contra alergia (inmunoterapia). Con esta última, quien padece alergia recibe una serie de inyecciones con dosis cada vez mayores del alérgeno lesivo. Cuando resultan eficaces, la sensibilidad al alérgeno disminuirá de manera gradual hasta que desaparecen los síntomas. Otros auxiliares para tratar síntomas comprenden técnicas de reducción del estrés, y de relajación. El plan de tratamiento específico depende del tipo de padecimiento y de la gravedad del mismo, así como de factores del estilo de vida y ambientales
Pronóstico 

Un episodio único de alergia puede durar desde algunos minutos hasta varios días. En ausencia de complicaciones, una reacción alérgica a menudo tiene buen resultado, pero el padecimiento puede ser crónico. Sin embargo, con tratamiento médico apropiado y apego a procedimientos de evitación y a los regímenes de medicación, los síntomas de alergia pueden controlarse bien. La inmunoterapia ha mostrado ser un tratamiento eficaz y seguro para casos graves de asma, rinitis alérgica y alergia a venenos de insectos, que no muestran capacidad de respuesta a otros tratamientos. 
Ante  estos síntomas siempre deberás consultar a un médico.

Dios te bendice.   
Dra. Karla patricia Mireles Ontiveros.