Todas tenemos un "Talon de aquiles" aquello en lo que sabemos no somos las mejores ni las más expertas. Temas de los que preferimos no hablar, personas a las que esperamos no ver y situaciones que quisiéramos no vivir, sin embargo es algo que constantemente esta presente en nuestra vida.
Diario vienen los 'porque' a nuestra mente y sin poder resolver nada caemos en la desesperación una y otra vez, llenando nuestra vida de círculos de los que nos es difícil escapar.
Si nos detenemos un poco en medio del huracán y analizamos la situación en la que estamos, es muy probable que nos encontremos con que estas situaciones han estado azotando nuestra vida una y otra vez, en diferentes escalas, áreas, tamaños pero en cada ocasión están trabajando una área muy importante y primordial de nuestro carácter como personas: La Paciencia.
La espera y la paciencia se convierten en una cuestión primordial a la hora de sobre pasar esas situaciones adversas. Sabemos cuales son nuestras debilidades y aunque constantemente tratemos de evadir cosas que no nos agradan, vendrán de tiempo en tiempo a seguir puliendo nuestra paciencia.
"Esta bien, seré paciente ¡Pero que esto ya termine!" no podemos ajustar el tiempo de una lección a nuestro antojo, porque entonces no habremos visto lo que Dios quiere que veamos.
Solo quiero decirte 3 cosas que te ayudarán a realmente trabajar en tu paciencia y a aprender a esperar en Dios:
1. Dios quiere que estés, donde ahora estás. Cualquiera que sea la situación que vivas en este momento, Dios no la ignora y tiene un propósito para esto.
2. No te resistas al aprendizaje. Nunca pasaremos la prueba si nos encerramos en nuestro sufrimiento, déjalo todo en manos del experto, solo dedícate a aprender la lección.
3. Vive declarando y agradeciendo por la victoria. Aunque la salida parezca lejos, vive día a día agradeciendo por esa salida. Aunque la victoria se vea borrosa, vive agradeciendo por que la ves claramente en tu mente y corazón.