El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso, jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. (1 Coríntios 13:4-6 NVI)
Es muy común encontrar mujeres que creen estar profundamente enamoradas y se la pasan justificando tanto sus conductas "abnegadas" al intentar poner las necesidades de otros por sobre las de ellas, como las acciones de sus parejas que continuamente las lastiman, pero en realidad están confundiendo el amor con codependencia, para esto es importante conocer algunos síntomas de codependencia;
-Dificultad para poner límites
-Querer resolver todos los problemas de la pareja
-Necesidad de sentirse indispensable para el otro
-Tener una actitud complaciente todo el tiempo, nunca dice "no" a las propuestas, aunque realmente no esté de acuerdo o estén en contra de sus ideales
-Todo el tiempo busca estar con esa persona, impidiendo que se tengan objetivos, pasatiempos, incluso amistades propias
-Obsesión por los comentarios, conductas (interpretándolos como agresivos y tomándolos todos personales) y todo lo que rodea a la pareja, esto se debe al miedo de ser rechazada o remplazada al creer que no se cumplen con las expectativas de la pareja.
Estos solo son algunos ejemplos, pero hay muchos más en los que la seguridad y la autoestima como mujer se ven afectados y en lugar de lograr una relación sana, puede ocurrir todo lo contrario, ya sea el alejamiento de la otra persona o la frustración por no lograr la reciprocidad de todo lo que se ofrece.
Si ya identificamos que estamos viviendo en una relación codependiente lo ideal será trabajar con nosotras mismas, dándole importancia también a nuestras necesidades, buscar sentirnos confiadas como persona y en la relación, al obtener esto y al lograr una autoestima sana las demás personas buscarán estar cerca de nosotros, no solo la pareja, incluso las amistades podrán disfrutar de nuestra compañía agradable.
Es imposible compartir amor si nosotras mismas no nos amamos “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” (Mateo 22:39 NVI). Así que aprendamos a amarnos a nosotras primero y lo demás será mucho más fácil.
Dayan García Arguello
Lic. En Psicología
